9 de febrero de 2010

¡Por fin somos los primeros!

Para Julio Muñoz Rubio en solidaridad ante los ataques hacia su persona por causa de sus ideas.

En los últimos meses se ha informado que México ha ocupado recientemente el primero y segundo lugares entre todos los países del mundo -junto con Irak- en el cual los periodistas o quienes se dedican a informar en los medios de comunicación de masas son víctimas de ataques debidos al oficio que desempeñan y por los temas que tratan en sus artículos. En este país ya es tradición que hay fuentes intocables o se abordan nomás por encimita como el narcotráfico o el ejército, y los periodistas que se atreven a informar sobre las actividades de los narcotraficantes o de integrantes del ejército en actividades ilícitas basados en investigaciones periodísicas corren peligro hasta de ser asesinados y es el caso que lo son, sobre todo cuando se meten directamente con los caciques de dichos feudos. Ahora se cierne una nueva amenaza transfigurada en inquisición moderna y los neo-torquemadas están listos para hacer correr la sangre. Con amenazas como la que viene de recibir el articulista Julio Muñoz Rubio por su publicación en la Jornada del 5 de febrero (http://www.jornada.unam.mx/2010/02/05/index.php?section=opinion&article=015a1pol&partner=rss) se agrega la violencia instigada esta vez por la iglesia católica la cual no acepta que la sociedad es dinámica y quisiera seguirla controlando como hasta hace no mucho tiempo, con mano férrea e intolerante hacia la diversidad sobre todo cuando ésta difiere de sus ideas y dogmas. El ataque consiste en un correo electrónico enviado a su bandeja de entrada con la siguiente frase:


“MUERTE A LA INTELIGENCIA,
SÍ. 
PERO A LA INTELIGENCIA
DEMONIACA PAGANA Y ATEA.

LAICO TERRORISTA.”

La persona que se dirige al columnista de esta manera se apropia del lenguaje que el neoconservadurismo y los halcones de Washington han elegido para señalar y denostar a quienes no piensan como ellos. Cualquier persona o grupo disidente de las ideas del status quo puede ser tachado de terrorista sin el mínimo escrúpulo por parte de quien o quienes le denostan, de alguna manera la nueva guerra fría ha elegido un nuevo enemigo: el terrorismo, y el término es tan amplio que en él caben desde aquellos que están a favor del aborto hasta quienes se debaten por los derechos humanos, pasando por los terroristas tradicionales, los que sí lo son; de esta manera se suma al vocabulario el término de “periodista terrorista”, justamente porque da voz a quienes disienten como en este caso de la PGR o de la santurrona iglesia católica. El cambio en el uso del lenguaje es una transformación que nuestra generación está viendo nacer y quienes utilizan el mencionado vocablo pueden con toda impunidad desprestigiar a quienes no están de acuerdo con las políticas de estado o con religiones como la católica apostólica y romana. Pero ¿qué puedo decir acerca de la impunidad que no se haya no sólo dicho sino vivido en carne propia por millones de mexicanos y mexicanas que habitamos este país? Porque la violencia es algo que se respira hasta en la sopa y precisamente esta violencia institucionalizada como la que hace Norberto Rivera, FCH y camarilla es de las mas atroces que pueden haber, y que personas como la del correo amenazador ejecutan con artera precisión, baste investigar la cantidad de periodistas que día a día sufren agresiones por su oficio y por su ética a toda prueba.  

Si bien el terrorismo no es algo nuevo si lo es la utilización de este vocablo para designar chivos expiatorios o para hacer modernas guerras santas, invadir territorios y para que mediante la estigmatización se condene a priori a quienes son señalados como terroristas, en este caso veo con preocupación que este término que debiera ser usado con mucha cautela y responsabilidad se esté vulgarizando y amplíe el dominio de cobertura y que ahora abarque con su negro manto también a quienes se dedican a informar a través de los medios de comunicación masiva.

Pienso que si la iglesia católica decide realizar estas intromisiones es justo que la sociedad se defienda porque siempre se nos ha dicho que los laicos debemos ser tolerantes pero cuando sufrimos las intolerancias de esta iglesia entonces debemos quedarnos callados arguyendo respeto y tolerancia, en este caso alabo el que Muñoz Rubio no se ha quedado callado y denuncie a tan funesto personaje como lo es el jerarca de la iglesia católica, es justo señalarlos y exponerlos pues son quienes han mantenido el poder real y simbólico por demasiados años sin comportarse de manera ética en sus actos, empezando por la misa y demás parafernalia mareadora de incautos y aculturizados. Y sí, es justo decir que nuestros pueblos son aguantadores pero ¿hasta cuándo podemos seguir soportando tanta humillación? Y encima son humillaciones institucionalizadas, realizadas por personas con demasiado poder, cuando una persona se atreve a reclamar parcela de dignidad se le tacha, se le denosta, se le estigmatiza, habrá que ver lo que hicieron con Francisco de Asís cuando se atrevió a echarle en cara a sus correligionarios el que pregonando la pobreza pecuniaria vivieran como príncipes con lujos extremos, y de esta manera se conducen los actuales jerarcas de la iglesia católica mexicana, basta pararse un día afuera de sus templos para observar los coches que poseen, los guardespaldas que los cuidan, los lacayos que les sirven, y todavía en agravio extremo se atreven a ser nombrados como Padres, incluso hay laicos que así los nombran, -monseñor (mi señor)-, como viles y envilecidos esclavos ante su amo y señor. En el México moderno se han alzado diferentes voces y movimientos contra la desigualdad y la injusticia pero estos movimientos no se han atrevido a tocar a los dioses ni a las instituciones eclesiales que lucran vendiendo sus estampitas y sus mitos, es tiempo que los movimientos vayan a la edad madura y digan en voz alta lo que se dice en los corrillos, es tiempo de dejar la hipocresía de lado, porque muchas veces por temor a ser estigmatizadas las personas no dicen lo que piensan de las iglesias, se quedan callados como convidados de piedra, nada más mirando y por desgracia sufriendo los atropellos que los rufianes vestidos de prelados esparcen, son precisamente ellos los que hacen de este mundo un espacio invivible, señalémoslos como bien ha hecho Muñoz Rubio, unámos nuestras voces en coro para que nos vean, que no somos uno ni somos cien...y que nos cuenten bien.


Orlando Tengri
México, 09 de febrero de 2010.