27 de diciembre de 2009

¿Quién se beneficia con una ley injusta?

Por Orlando Tengri

 
"Quien legisla mal no sólo hace un daño a Roma sino también a sí mismo"
Marco Aurelio

Cuando una ley es injusta con la población como en el caso de la que criminaliza a las mujeres que practican la interrupción voluntaria del embarazo, lo es no sólo con ellas sino con el conjunto de la sociedad, y en ella incluímos a los y las legisladoras que han aprobado dicho texto constitucional. La ley que es injusta con unos lo es también con la totalidad de la población porque lesiona el derecho a sostenimiento del tejido social de la comunidad. Porque al criminalizar injustamente fragmenta a la sociedad al agredirla a través de la violencia institucionalizada.

Las y los legisladores que han aprobado esta ley no se han dado cuenta que están lesionando sus propios derechos, por ello quizás deberían guiarse por su sentido común el cual para serlo debe ser siempre comunitario porque busca el bien común de las personas que integran la sociedad. 

Son ya dieciocho estados del país donde se está dañando al conjunto de su población y no únicamente a las mujeres que han decidido detener voluntariamente el proceso gestacional. Los hombres también resultan lesionados al conculcárseles sus derechos y garantías para vivir bien y en armonía. Desde un punto de vista social el que una persona sea juzgada injustamente significa que se está juzgando de manera errónea al conjunto de la comunidad, también se están juzgando a sí mismos los parlamentarios y quienes se encargan de la aplicación de las leyes.

Ojalá estas legisladoras y legisladores que han decidido nuevamente tomar el camino de la violencia hacia la sociedad -de la que aunque ellos no lo crean también forman parte- se atreviesen a pensar de una manera diferente, ojalá logren captar el gravísimo daño que se están haciendo a sí mismos, porque cada ley retrógrada les aleja de su comunidad; tal vez crean que están mas allá de la sociedad, que eso no les toca pero cuánto se equivocan al pensar de esta manera pues lo que compete a algunos nos compete a todos.

Cuando las leyes son injustas a nadie benefician, ni a quienes las legislan y ni a quienes las avalan y en cambio a todos perjudican.



5 de diciembre de 2009

¿Y los hombres qué hacemos al respecto?

Por Orlando Tengri.

Es una noticia que me puso completamente triste porque no he visto el movimiento social que se suscita por otros temas “socialmente correctos” (temas de los que sí podemos discutir sin que se nos mire feo o se frunza la nariz), quizás porque esta vez las víctimas son hombres, algunos hispano-hablantes, con alta marginación económica y también algunos de ellos víctimas de alguna droga. Sus edades oscilan entre 7 y 81 años, tratados en condiciones de esclavitud y como objetos sexuales los más pequeños de entre ellos, y ¿dónde sucede esto?, en la capital política del país que llamamos México. 


¿Acaso el que hayan sido esclavizados contra su voluntad y violentados sexualmente no mueve nuestras conciencias o nos atenemos al discurso oculto (no dicho) de que ellos se rasquen con sus propias pulgas?

Y ¿los hombres qué hacemos al respecto?, ¿por qué no emprendemos acciones o por qué no tenemos un discurso sobre el tema?, ¿acaso será porque ni siquiera nos sentamos a platicar sobre el tema?.

¿Acaso debemos escudarnos en el discurso de que los hombres son los malos y deben pagar por ello?

Muchas preguntas me han tomado por asalto sobre todo ante la apatía de los grupos que tradicionalmente están por las causas de los desfavorecidos, los humillados, los desplazados, ni un forward de indignación, ¿alguien me puede reenviar alguno que le haya llegado en su bandeja de entrada?, se lo agradeceré...

Nota de la Jornada:

http://www.jornada.unam.mx/2009/12/04/index.php?section=capital&article=033n2cap