27 de julio de 2010

Victoriana, tu mano tomó mi mano.

Victoriana,
tu mano tomó mi mano
Sabinista,
mi cuerpo tomó tu cuerpo.

Ahora le reclamas al placer
el haber sido suya,
no le reclames ingrata,
venéralo en su tumba
ahora que muerto está,
y espera atenta por su resurrección.

Que éste sea para ti
un Dios como cualquiera,
házle oración nocturna,
desencadena a ese otro Prometeo
y déjale a Ícaro sus alas,
pronto, más pronto de lo que crees
éstas caerán por sí solas.


Orlando Tengri 2010.









Dédalo e Ícaro.




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