14 de septiembre de 2009

Poemas

Por Orlando Tengri.

Yo


El que soy yo en este poema
ahora sólo existe para ti
lo que eres tú en este versículo
sólo estás para mí.

Yo
acorralado por mí

cayendo de mí,
abajo
más abajo
aquí,
sí, aquí estás
ahora.

Te llevo en mí,
tú eres mi única razón de ser,
aquí, ahora
presente instante.
Si te vas, muero
y te tienes que ir para que yo,
muerto,
reviva en ti,
lector...a.

El síndrome de Otelo

Ella, 
luminosa
destelleante,
yo, 
opaco,
antireflejante,
y por tanto me ama
me ama a pesar de mi opacidad
de mi falta de atractivo
a pesar de su belleza, me ama.
¿cómo creer que soy amado?
¿cómo creer en este amor?.


La dicha

Después de tanto caminar paré
la dicha se veía ahí, no lejos
¿por qué paré? dirán algunos
porque para encontrar la dicha 
no hace falta caminar ni parar
porque la dicha no viene ni va, está.
Así como paré, estuve.


Desde abajo

Desde abajo el paraíso se mira tan alto,
desde abajo los ángeles se miran tan sin calzones,
desde abajo el adusto San Pedro igual no trae,
desde abajo siempre desde abajo
el joven Jesús los tiene azules.


Momentos de vida

Estos momentos que han pasado
los he vivido sin pensar que eran momentos
sin pensar que la muerte viene
sin pensarlos los he vivido.

Han pasado uno tras otro,
así viví la vida,
no como una sola
sino como momentos de vida.


Cuerpo desnudo 

Cuerpo desnudo
obturador de pasiones
regulas intensas creencias,
presencia obstructora
porque todo lo abarcas
incluso con tu mínimos pixeles 
no vemos nada mas que tu cuerpo.

El hechizo de la medusa-cámara 
sólo es roto por el deseo 
del que mira la estatua,
en que te has convertido, cuerpo
piedra y creencia.

Apresurados 
flashes de sangre recorren venas, 
arterias y fantasías. 
Cuerpo desnudo
guía de ilusiones
en cada una de tus curvas guardas 
la biblioteca de nuestras pasiones.


Mi cabeza

Ahí está, viéndome
pensándome,
mi cabeza
ahí está intentando comprender
qué pasa en ella, por ella y a pesar de ella.


La mentira

Una vez que hayamos terminado de mentir, de mentirnos
digamos, digámonos la verdad,
pero no con esa verdad sencilla, ramplona,
la que se aferra en decirnos la verdad,
hablémonos con la verdad que sólo puede una mentira contener.


Dinero

I

Curiosamente, 
el dinero que es lo que mas nos pertenece
porque lo hemos trabajado, sudado,
curiosamente, 
el dinero no es nuestro,
el dinero es el desprendimiento del yo
porque al dejarlo ir con él se va una parte de nosotros.

II

Nos matamos toda la vida para conseguir el dinero
y ¿todo para qué? Para soltarlo tan fácilmente,
y cuando lo ahorramos resulta peor la cosa
porque el dinero se nos muere entre las manos,
sin uso no es mas dinero, 
es simple objeto metálico o de papelería que no dice nada.

III

Sin dinero no sé que haría,
tal vez no haría nada
porque sin dinero no tendría nada,
ésos libros pintando la pared,
aquella tele de centro,
nada, mi única posesión sería no tener dinero
la pobreza extrema es la de los que no tienen ni siquiera dicha posesión.


Los sueños

Los sueños de paz, de un mundo mejor,
todo eso son sueños colectivos
yo ando en busca del sueño que es mío
aquel que nadie comparte, 
que nadie mas que yo sueña.

Busco bajo las piedras abstractas de mi sinrazón,
y lo único que encuentro es un viejo sueño ya gastado
gastado porque de tanto dejarlo ahí, sin soñarlo se hizo viejo,
se gastó.
Con temblor en todo su ser mi sueño musita unas palabras
que si bien entiendo me dicen que no,
que él no es un sueño, sino un viejo
que cuando niño se quedó atrapado bajo esa piedra,
me dice que soy yo mismo, que me quedé atrapado cuando niño
bajo aquella roca,
entonces comprendo,
yo mismo soy mi propio sueño, 
lo único que no es colectivo.
 

La quintaescencia

Estaba buscando la quintaescencia de la vida
cuando sin querer me tropecé con un montoncito de basura
bien arregladita toda ella,
y pues me dije a mí mismo
si la quintaescencia está ahí tengo que saberlo,
así que me puse a escarbar en el montoncito de porquería,
total que hice un desastre con esa basura,
al final toda quedó regada y desordenada.
De la quintaescencia ni sus luces.


1, 2, 3

La poesía dura tres segundos,
tres sencillos segundos
pero para la poesía no es importante
si son sólo 3 humildes segundos
porque lo que dice la poesía en tres tiempos
1, 2, 3
dura para siempre.




Tus labios, corriendo van
a besar al vecino de enfrente
tu cuerpo, de curva encendida
corriendo va a prestarse con el de al lado
tu mente que es llama de agua
despacio, muy despacio
se entrega a mí.


Flor de fuego

Ayer encendí una flor para ti
hoy la flor ha quemado pétalo tras pétalo
¿te quiero?, ¿no te quiero?.
La flor que prendí ayer
hoy ha encendido una duda en ti.


Amores plurales

2 almas perdidas encontraron un cuerpo,
el tuyo.
2 bocas sangrando delirio
sofocaron sus ansias en ti
una selva callada de ramas
se enredó entre tus piernas
y un suspiro a los dos compartiste.


Mi patria, el exilio

Ayer perdí mi patria primera
por ganar el exilio de tus besos.
Ayer, acomodado y ausente
hoy, presente y con gozo.
No me vengas a decir que te vas
porque si lo haces te llevas contigo
mi suelo y mis nubes
porque sí, ahora eres mi patria nueva.


Remedio para el amor

Ayer encontré un remedio para el amor,
amar.
Hoy encontré un amor para amar.
Mañana ya no importa porque hoy es para siempre.


Mi exilio

Muchos años viví exiliado en mi patria,
hoy que he salido de ella
mi nacionalidad ha nacido.
Muchos años perdido caminé mis veredas
hoy que camino las tuyas
he encontrado mi senda a seguir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario